La figura del administrador concursal

El administrador concursal es un profesional nombrado por el juez que supervisa el concurso. Su función principal es estudiar la situación de la empresa concursada y gestionarla en beneficio de todas las partes. Fundamentalmente, son expertos abogados o economistas del sector privado, con experiencia y formación demostrada en el ámbito de los concursos de acreedores. Por méritos propios, sus nombres se incluyen en un registro especial y, por orden, se van nombrando conforme se van necesitando. El administrador concursal no está al servicio de los acreedores ni del deudor. Los dos, de hecho, ya cuentan con sus propios abogados. La misión del primero es garantizar que el procedimiento sea lo más justo posible e intentar la continuidad de la empresa, siendo lo más neutral posible. Incompatibilidades para ejercer el cargo de administrador concursal Con el fin de garantizar la neutralidad y objetividad, la Ley Concursal fija los casos en los que no se puede ser administrador concursal. En concreto, existen las siguientes incompatibilidades:
  1. No poder ser administrador de sociedades mercantiles, S.A. o S.L.
  2. Haber prestado servicios profesionales al deudor o a personas relacionadas con él.
  3. Estar relacionado con personas que han prestado servicios profesionales al deudor o con personas relacionadas, en los últimos tres años.
  4. Haber compartido el ejercicio de actividades profesionales con el deudor.
  5. Encontrarse entre los casos de incompatibilidad de la Ley de Auditoría de Cuentas, en relación con el concursado o con algún acreedor con más del 10% del pasivo del concurso.
La aceptación del cargo de administrador concursal La aceptación del encargo del juez para ser el administrador concursal de una empresa en concurso de acreedores, requiere comparecer en el juzgado en el plazo de cinco días. Además, es necesario que el profesional elegido tenga suscrito un seguro de responsabilidad civil. Si no cumple estos requisitos o no acepta el cargo, no se le puede nombrar de nuevo hasta un plazo de tres años. Hay que tener en cuenta que una empresa o cualquier persona jurídica también pueden ser administradores concursales. Esto exige que esa persona jurídica comunique quién va a ser la persona natural que va a encargarse de las tareas de administración. En determinados casos, el encargo de administrador concursal puede recaer en más de una persona. Además, si el concurso de acreedores es muy complejo, en empresas muy grandes o dispersas geográficamente, o si hay otros concursos conexos, pueden nombrarse auxiliares delegados. ¿Cuáles son las funciones del administrador concursal? Las funciones del administrador concursal son muy variadas, y se resumen en dos objetivos fundamentales:
  1. Lograr el abono de las deudas a los acreedores.
  2. Salvar la continuidad de la empresa, en la medida de las posibilidades.
La primera tarea que debe acometer es la elaboración de un informe descriptivo de la verdadera situación de la empresa y de las causas que la han originado. En concreto, el informe contendrá, al menos:
  • Un análisis de la contabilidad y del estado financiero del concursado.
  • El inventario de los activos y pasivos del deudor.
  • Un listado de los acreedores (ordinarios, privilegiados y otros) y el importe de sus créditos.
  • La propuesta de convenio de acreedores (acuerdo) o de liquidación de la empresa, según el caso.
  • Una valoración de las decisiones tomadas por el deudor antes del concurso, para saber si el concurso puede calificarse de culpable.
  • Memoria de las decisiones tomadas por el administrador concursal en sus tareas de dirección del concursado.
Por último, otra función esencial del administrador concursal es la de dirigir las actividades económicas del concursado, para que pueda seguir realizando su trabajo y evitar la quiebra. Competencias de dirección del administrador concursal Dentro de estas últimas funciones de carácter directivo, el administrador concursal puede ejecutar todas las acciones que considere oportunas, principalmente:
  • Suscribir todos los contratos mercantiles que sean necesarios, especialmente los de venta y liquidación de bienes de la empresa.
  • Realizar los contratos de nuevos empleados, tramitar despidos o modificar ciertos contratos de trabajo, así como iniciar un ERE (Expediente de Regulación de Empleo).
  • Cumplir con las obligaciones contables, las declaraciones de impuestos y las cotizaciones de la Seguridad Social.
  • Convocar las juntas de accionistas o socios y participar en ellas.
En conclusión, el administrador concursal es un profesional que evalúa y certifica si el concursado se ha comportado de forma correcta en sus acciones de dirección o no. A la vez, ayuda en la gestión, para evitar que la empresa acabe cerrando por entrar en quiebra y liquidación. Precisamente por este objetivo que tienen en común, es conveniente y necesario que todos los agentes intervinientes (acreedores, deudor y trabajadores) faciliten la tarea al administrador concursal y le proporcionen toda la información que requiera.